viernes, 10 de febrero de 2012

Una mañana estenopeica


Unos cuantos domingos atrás madrugamos para ir a Urkiola y fotografiar con cámaras estenopecias. Nos llevamos 10 cámaras, que eran las siguientes: una lata redonda, un disco duro externo, una caja de madera, una Lubitel, una cámara antigua… y la ultima creación, la E-190, una cámara de  gran formato realizada en casa por Eduardo. En fin, cualquier cosa a la que le hagas un minúsculo agujero puedo convertirse en una cámara de fotos. Comenzamos la excursión junto a las tres cruces, pasando por las ermitas de Santo Cristo y la de Santa Apolonia, y finalizando en el Santuario.



Para fotografiar con este tipo de cámaras tienes que hacerlo prácticamente a ojo, a no ser que tengas un fotómetro, que no es nuestro caso. De modo que elijes lo que quieres retratar, diriges el agujero de la caja hacia tu objetivo y calculas con la luz que hay en el ambiente cuanto tiempo tiene que estar expuesto. Cuando crees que ya ha finalizado tapas el agujero y esperas a revelar el papel fotosensible en casa.

Eduardo:
“Este estilo de fotografía nos gusta mucho. Puedes convertir casi cualquier objeto en una cámara fotográfica. Es tan sencillo como crear una cámara oscura y hacerle un diminuto agujero, cargarlo con papel fotográfico y ya está, ¡a disfrutar de ella! Sin pilas, sin visor, sin tecnología… Es fantástico, ¡como un día sin móvil!

“Descubres que para crear una sola imagen el proceso es complejo: preparas la cámara, la cargas en el cuarto oscuro que previamente has preparado en el baño de tu casa, sales a elegir el sitio, calculas la exposición y ya tienes una imagen. ¿Y ahora? Pues lo mas mágico, volver al cuarto oscuro, sacar los químicos y revelar el papel fotográfico disfrutando con esa sensación en el estómago mientras aparece la imagen. ¡Si! Es como un gran truco de magia olvidado, una sensación que tanto Javier como yo recomendamos.

Javier:
“Meterte en el cuarto de baño con esa luz roja característica es algo mágico, es otra sensación que todo fotógrafo tiene que experimentar. Las ventajas que nos aporta la tecnología del siglo XXI a la fotografía son muy grandes, pero meterte en un “laboratorio” de estos es otra cosa.

“Vas sacando las fotografías de sus cajas y las metes en las  bandejas de revelador, fijador y agua para limpiarlas. Cuando están en la primera bandeja ves como poco a poco va apareciendo lo que has fotografiado y te recorre un cosquilleo por todo el cuerpo, como si la magia estuviera revoloteando por ese cuarto de baño.

Finalmente, podemos decir que salieron dos imágenes, una de Javier con la Lubitel a modo de estenopeica y otra de Eduardo con la cámara fabricada por él, la bautizada como la E-190.

En la fotografía superior se puede apreciar parte de la pared de la ermita de Santo Cristo y un árbol situado a su izquierda.

En la imagen no se aprecia gran cosa, supuestamente es la calzada que sube hasta el Santuario desde la ermita Santa Apolonia, pero tan solo se puede intuir el camino en la parte inferior a la derecha. Lo que más claro se ve, es  un árbol que aparece a la izquierda y algunos otros al fondo de la imagen.
Moraleja
De las diez fotografías que realizamos tan sólo salieron 2, pero siempre que sales con la digital no todos los disparos son excelentes imágenes, si vuelves con un par de ellas te puedes dar con un canto en los dientes. Pues lo mismo pasa con las estenopeicas. Aunque en próximas pruebas intentaremos mejorar la técnica. En este tipo de fotografía el fallo puede estar en varios sitios: en el tiempo de exposición, la temperatura de los líquidos o la cantidad que echamos.
Eduardo:
"Realmente una mañana  casi mágica fotografiando a la vieja usanza. Lejos de la tecnología y el quedarse sin batería o algo que nos paso estropearse la tarjeta de la réflex. Eso no pasa con estas cámaras y os aseguro que son mucho mas creativas y divertidas.
Javier:
"De momento, hemos tenido más fracasos que aciertos, pero seguiremos intentándolo porque es una rama de la fotografía que nos apasiona de una manera especial.



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