Unos cuantos domingos atrás madrugamos para ir a Urkiola y fotografiar con cámaras estenopecias.
Nos llevamos 10 cámaras, que eran las siguientes: una lata redonda, un disco duro externo, una caja de
madera, una Lubitel, una cámara antigua… y la ultima creación, la E-190, una
cámara de gran formato realizada en
casa por Eduardo. En fin, cualquier cosa a la que le hagas un minúsculo agujero puedo
convertirse en una cámara de fotos. Comenzamos la excursión junto a las
tres cruces, pasando por las ermitas de Santo Cristo y la de Santa Apolonia, y
finalizando en el Santuario.
Para
fotografiar con este tipo de cámaras tienes que
hacerlo prácticamente a ojo, a no ser que tengas un fotómetro, que no es nuestro caso. De
modo que elijes lo que quieres retratar, diriges el agujero de la caja hacia tu
objetivo y calculas con la luz que hay en el ambiente cuanto tiempo tiene que
estar expuesto. Cuando crees que ya ha finalizado tapas el agujero y esperas a
revelar el papel fotosensible en casa.
Eduardo:
“Este
estilo de fotografía nos gusta mucho. Puedes convertir casi cualquier objeto en
una cámara fotográfica. Es tan sencillo como crear una cámara oscura y hacerle
un diminuto agujero, cargarlo con papel fotográfico y ya está, ¡a disfrutar de
ella! Sin pilas, sin visor, sin tecnología… Es fantástico, ¡como un día sin
móvil!
“Descubres que para
crear una sola imagen el proceso es complejo: preparas la cámara, la cargas en
el cuarto oscuro que previamente has preparado en el baño de tu casa, sales a
elegir el sitio, calculas la exposición y ya tienes una imagen. ¿Y ahora? Pues
lo mas mágico, volver al cuarto oscuro, sacar los químicos y revelar el papel
fotográfico disfrutando con esa sensación en el estómago mientras aparece la
imagen. ¡Si! Es como un gran truco de magia olvidado, una sensación que tanto Javier
como yo recomendamos.
Javier:
“Meterte
en el cuarto de baño con esa luz roja característica es algo mágico, es otra
sensación que todo fotógrafo tiene que experimentar. Las ventajas que nos
aporta la tecnología del siglo XXI a la fotografía son muy grandes, pero
meterte en un “laboratorio” de estos es otra cosa.
“Vas
sacando las fotografías de sus cajas y las metes en las bandejas de revelador, fijador y agua para
limpiarlas. Cuando están en la primera bandeja ves como poco a poco va
apareciendo lo que has fotografiado y te recorre un cosquilleo por todo el
cuerpo, como si la magia estuviera revoloteando por ese cuarto de baño.
Finalmente,
podemos decir que salieron dos imágenes, una de Javier con la Lubitel a modo de
estenopeica y otra de Eduardo con la cámara fabricada por él, la bautizada como
la E-190.
En
la fotografía superior se puede apreciar parte de la pared de la ermita de
Santo Cristo y un árbol situado a su izquierda.
En
la imagen no se aprecia gran cosa, supuestamente es la calzada que sube hasta
el Santuario desde la ermita Santa Apolonia, pero tan solo se puede intuir el
camino en la parte inferior a la derecha. Lo que más claro se ve, es un árbol que aparece a la izquierda y algunos
otros al fondo de la imagen.
Moraleja
De
las diez fotografías que realizamos tan sólo salieron 2, pero siempre que sales
con la digital no todos los disparos son excelentes imágenes, si vuelves con un
par de ellas te puedes dar con un canto en los dientes. Pues lo mismo pasa con
las estenopeicas. Aunque en próximas pruebas intentaremos mejorar la técnica. En
este tipo de fotografía el fallo puede estar en varios sitios: en el tiempo de
exposición, la temperatura de los líquidos o la cantidad que echamos.
Eduardo:
"Realmente
una mañana casi mágica fotografiando a
la vieja usanza. Lejos de la tecnología y el quedarse sin batería o algo que
nos paso estropearse la tarjeta de la réflex. Eso no pasa con estas cámaras y
os aseguro que son mucho mas creativas y divertidas.
Javier:
"De momento, hemos tenido más fracasos
que aciertos, pero seguiremos intentándolo porque es una rama de la fotografía
que nos apasiona de una manera especial.